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Tendinopatía rotuliana

También llamada "rodilla del saltador", es una lesión por sobrecarga del tendón rotuliano. Conoce sus causas y cómo actuar para recuperarla.

LESIONESFISIOTERAPIARODILLA

11/4/20252 min read

man in orange shirt and black shorts playing basketball
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La tendinopatía rotuliana, también conocida como rodilla del saltador, es una lesión frecuente en deportistas que realizan movimientos repetitivos de salto, carrera o cambios bruscos de dirección —como jugadores de baloncesto, fútbol o atletismo—, aunque también puede afectar a personas menos activas si existe una sobrecarga mantenida sobre el tendón rotuliano.

El síntoma principal es un dolor localizado en la parte anterior de la rodilla, justo debajo de la rótula, que aparece al saltar, correr e incluso al bajar escaleras o ponerse en cuclillas si la lesión avanza. En fases iniciales el dolor puede manifestarse al empezar el ejercicio, seguido de una disminución parcial o completa cuando la zona entra en calor pero que puede aparecer al final de la activdad o después de finalizarla. Si no se trata, puede llegar a fases avanzadas en las que incluso en reposo aparezca el dolor.

El tratamiento fisioterapéutico se centra en reducir el dolor, mejorar la calidad del tendón y restablecer la función muscular. Para ello un programa de carga es fundamental, ya que es el único tratamiento que permite generar cambios en la estrcutura del tendón. Las terapias pasivas o farmacológicas pueden ser un complemento, pero nunca deberían formar el eje principal del tratamiento.

Las herramientas más utilizadas incluyen terapia manual, ejercicio de carga progresiva y trabajo de control lumbopélvico, ya que si el resto de regiones corporales no trabajan adecuadamente pueden repercutir sobre la funcionalidad de la rodilla. Además, se analizan los factores que pueden haber provocado la lesión —como desequilibrios musculares, mala técnica deportiva o exceso de carga— para corregirlos y prevenir recaídas, así como abordar el miedo que suele quedar como secuela en lesiones de este tipo.

La recuperación de una tendinopatía rotuliana requiere desde unas pocas semanas a varios meses dependiendo del punto inicial y un programa adaptado a cada fase de la lesión. Pero con un tratamiento adecuado y una readaptación deportiva bien planificada, la mayoría de los pacientes logran volver a su nivel de actividad sin dolor ni limitaciones.

Este tendón conecta la rótula con la tibia y transmite la fuerza del cuádriceps necesaria para extender la rodilla. Pero su papel fundamental es el de absorber y liberar energía junto al tendón de Aquiles. Es decir, cuando saltamos y aterrizamos el tendón se estira y almacena esa tensión que es liberada para propulsarnos, como si se tratara de un muelle.

Esto hace que seamos muy eficientes en los saltos, ahorrando esfuerzo muscular y permitiendo desarrollar más potencia. Por algo los canguros son los animales con los tendones más grandes y potentes. Pero ese trabajo intenso durante los saltos hace que el tendón pueda recibir una carga excesiva que no es capaz de manejar, y es cuando entra en un proceso inflamatorio y degenerativo que llamamos tendinopatía.