Medición de diferentes cualidades físicas y correlación con el deporte:
Tanto si ya hay una lesión como si no, una buena valoración es de gran utilidad para elaborar el perfil de riesgo lesional del deportista. Esto nos permite conocer qué aspectos podrían influir en la prevención o recuperación.
Resolución del dolor y la inflamación en las fases iniciales, introduciendo poco a poco el movimiento desde la camilla hasta ejercicio con carga.
Progresión hacia gestos específicos del deporte en busca de unos niveles de rendimiento previos y previniendo recaídas.
Planificación de la vuelta a los entrenamientos normales una vez cumplidos unos requisitos físicos mínimos.
La práctica deportiva puede acarrear molestias y sobrecargas cuando se alcanza un cierto nivel de entrenamiento.
Una vez revisados otros aspectos como la técnica, la biomecánica o la carga de entrenamiento y habiendo descartado problemas en la programación, las sesiones de masaje pueden aliviar y mejorar las sensaciones durante la actividad, contribuyendo a un mejor rendimiento.
Es de gran ayuda en situaciones de mayor exigencia como la preparación de pruebas físicas, durante la temporada deportiva o simplemente momentos puntuales de mayor carga.